Juan Pablo Bautista Villasmil fue asesinado el 3 de enero en las calles de Cúcuta. Dos años atrás, Juan Pablo había emigrado a México en busca de mejores condiciones económicas, y en ese país ejercía como santero. Sin embargo, la llamada de su familia y las festividades de fin de año lo llevaron de vuelta a Cúcuta, en lo que serían sus últimas vacaciones.
La noche del miércoles, mientras se desplazaba en su carro Chevrolet Aveo Emotion, de color gris y placas venezolanas (AC140YA), por la calle 11 con avenida 12, en el barrio El Llano, su vida fue brutalmente arrebatada, según datos recopilados por El Tiempo y La Opinión. Un sicario a bordo de una moto lo interceptó y, sin previo aviso, descargó cerca de quince disparos contra él, dejando su cuerpo sin vida dentro del vehículo.
El sonido de los disparos resonó en el barrio, alertando a los residentes que salieron corriendo de sus hogares. La escena desencadenó un operativo policial en busca de respuestas de este crimen. El lugar se llenó de uniformados que buscaban comprender los motivos detrás de este acto brutal. Para la familia de Juan Pablo, la noticia fue devastadora.
“Escuché los disparos, no salí inmediatamente, pero al rato, cuando me asomé, había una multitud rodeando el carro. Pero no salí de mi casa, ahorita, todo está muy peligroso y la maldad está disparada”, mencionó un vecino del sector en conversaciones con La Opinión.